29 julio, 2020

Lo que mis amigos gay (de verdad) piensan sobre ser gay

By elmillennialtimes@gmail.com

Siendo más jovencita deseaba –muy desde la ignorancia– tener un amigo gay. ¿De dónde saqué esta idea? Quizá de los estereotipos sobre lo gay del cine y la televisión. Ahora que los tengo, pienso: ¡Qué tonta! A ver: tener un amigo hombre homosexual no es nada extraordinario, es solo tener un amigo.

Como sé bien que una cosa es la imagen caricaturesca de lo gay y otra muy distinta la realidad, le pedí a tres amigos homosexuales que nos contaran cómo es ser gay en el mundo contemporáneo: su proceso de liberación y aceptación, qué les da rabia, qué les llama la atención y qué suelen suponer los demás sobre lo gay que definitivamente no es así. Ellos tres son mis amigos, amigos de verdad, he sido testigo de sus logros y sus tropiezos, y ellos de los míos. Espero que estén de acuerdo con los seudónimos que escogí para ellos. Son Miranda Presley, Mr. Montana y El Artista.

Miranda tiene veintinueve años y nos conocemos hace más de cinco; es mi colega, mi mejor amigo, mi caja fuerte de secretos y reina no coronada de su pueblo. Mr. Montana es un trotamundos de veinticinco años, y cada vez que podemos nos pegamos una escapada a cualquiera de los muchos destinos que tenemos pendiente; es un alma bondadosa y libre (bueno, aún no del todo). El Artista, de veinticuatro años, es mi compinche por excelencia: si hay sol hay playa, si hay playa está él, y si es con él es mejor; siempre tenemos un tema de conversación: arte, música o pensamientos sobre la existencia.

Ahora que ya los conocen a todos, ¡empecemos!    

¿En qué momento te dijiste a ti mismo que eras gay?

Miranda Presley. Para todo gay es muy difícil aceptarse, más cuando eres de un pueblo súper tradicional, con padres cristianos y separados. Es difícil porque tienes que aceptarte y además asumirlo delante de las personas. Yo creo que tendría unos quince o dieciséis años cuando me dije «Soy gay». Además a mí se me notaba, yo era una mujer caminando escarchada al lado de la virgen y los espíritus. Me encantaban los reinados, vivía con mis papás en una finca y no había trapo que no boleara. Fue cuando estaba en décimo u once grado cuando decidí aceptarme, porque yo siempre estuve cohibido. Ya después me creía la reina del colegio y hasta fui personera.

Mr.Montana. A medida que pasa el tiempo y creciendo uno se va dando cuenta de esos gustos hacia el mismo sexo. En la adolescencia, que es cuando las hormonas más se alborotan. Allí pienso yo que la mayoría se dan cuenta.

El Artista. Siempre lo supe. Yo aún estoy enredado, es un poco más difícil porque siento atracción por hombres y por mujeres. Desde que tengo uso de razón supe que había algo femenino dentro de mí. Más allá de que me gustaran los hombres, me llamaban la atención las cosas de chicas, lo sé porque una cosa es la atracción hacia los hombres y otra es que te gusten las llamadas cosas de mujeres. Sé que es algo encasillado, pero me gustaba jugar con tela, con las barbies de mis primas y los labiales de mi mamá, hacía con ellos corazones en el espejo.

¿Cómo saliste del clóset?

MP. Salir del clóset en un pueblo es complicado. Como la gente tiene muchos estereotipos te toca luchar contra los que critican, los que te hacen bulla, los que te miran feo o los que piensan que vas a ser peluquero eternamente porque eres gay. Cuando entré a la universidad, me sentía más a gusto conmigo mismo y fue una forma de liberarme, pero el proceso no fue fácil: te deprimes, te sientes como un bicho raro, te toca crear tu propia identidad, quién quieres ser y qué quiero proyectar. Eso lo vas definiendo en el camino, pero debes tener claro qué quieres hacer.

Mr. M. Aún no he salido del clóset, pero sucederá. Tal vez será algo fuerte para mi familia porque es machista, aunque aquí entre nos uno sabe cuándo ellos saben. Las mamás siempre saben, pero se hacen las pendejas (risas).

EA. Salí del clóset en Twitter. Antes usaba mucho esa red social, tenía bastantes seguidores y hablaba con gays de todas partes. Con mi mamá fue muy chistoso: cuando adolescente tenía la cara muy grasosa y compré un polvo para ese problema. Ella lo encontró y una cosa llevó a la otra. Ahí le dije y fue todo un lío. Salir del clóset fue una etapa dura. No es fácil, estamos en un mundo poco tolerante y egoísta.

¿Cuáles son los peores mitos o estereotipos sobre ser gay?

MP. Cuando eres gay en un pueblo la gente pregunta: «¿y a qué te dedicas?». Respondo que estudié Comunicación social y trabajo en una empresa. La gente no lo puede creer, juran que eres peluquera. No sé por qué la gente me ve con un secador y un cepillo, si el día que le planche el pelo a alguien se lo voy a quemar. También me han dicho que por ser afeminado no me puede gustar el fútbol, y yo amo el fútbol con pasión. O que sólo debo tener amigas, pero yo tengo llaves hetero. O que no puedo jugar FIFA, y yo amo jugar FIFA. Esto de los estereotipos es súper chistoso. Ahora, si me preguntas por una seda o un chifón me las sé toditas, porque me gusta y porque es mi trabajo. También me encanta verle las piernas a una mujer; gay o no, unas patas kilométricas acaban a cualquiera.

Mr. M. No sé si sea un mito, pero el mundo gay tienden a decir que los homosexuales somos amaneradas. No es algo que me moleste, pero hoy en día hasta el más machito termina siendo gay. También dicen que Dios no acepta a personas como nosotros en su Santo Reino porque está escrito en la Biblia, el mismo libro que dice que un hombre caminó sobre las aguas y además la convirtió en vino. Pero ya eso son cosas religiosas, así que whatever.

EA. El prejuicio que más detesto es el de que, porque soy gay, me gustan todos los hombres. ¡Qué carajo! Si estoy al lado de algún hombre y se entera de que soy gay, seguro se va a sentir incómodo y pensará que me gusta. ¿Qué te hace pensar eso? ¡No seas tarado! Eso me molesta.

¿Cómo es tu relación con amigas mujeres heterosexuales?

MP. Esta pregunta me encanta. Nuestros planes son buenísimos, hacemos planes y planes y planes, no sé por qué tenemos una vida tan agitada. ¿Será porque tenemos dos vidas, dos cuerpos, dos almas? Los planes con mis amigas son charlar, ir a playa y hablar de machos. Pobre macho que caiga en la lengua de un gay y una amiga, porque lo acaban. Hablamos si la tiene chiquita o si es buen polvo. Sacamos del clóset al que no ha salido. Marica que se respete le ha dicho a varias amigas: «No te metas con él porque es gay». Hablamos de películas, de series, de trabajo pero de lo que más nos gusta es hablar de machos y de vestidos, de maquillaje, del blower. Así sea que no nos guste el blower, yo no lo sé hacer, pero a una mujer mal peinada la saco a leguas.

Mr. M. Tengo varias súper amigas, me encanta hablar con ellas. Cuando no estamos hablando por horas, visitando restaurantes o haciendo video llamadas, estamos conversando de nuestras vidas amorosas. Amo a mis amigas.

EA. A veces hay tensiones entre mi amiga y yo, por gustos, pero pasa poco. De resto hablamos, salimos, compramos ropa y tenemos conversaciones profundas sobre la vida o sobre aquello que estamos haciendo. Vamos a cine, cenamos, cocinamos en casa y ya, es todo. Muy de vez en cuando hacemos algo muy gay, como una pijamada o maquillarnos.

¿Has tenido experiencias donde las mujeres asuman comportamientos o actitudes tuyas solo por ser gay?

MP. El gay es súper comprensivo, súper querido, está de buen humor, es el amigo alegre y desordenado. Las mujeres piensan que uno está todo el tiempo en esa actitud, o que por ejemplo a uno le gusta que lo mariqueen. Yo odio que me mariqueen, eso solamente lo puede hacer mi círculo cercano. Asumen que por ser gay soy la más puta o promiscua. No, a mí me gustan las relaciones serias. Asumen que por ser gay me gusta la rumba, los tragos o las drogas, o que el gay tiene una vida súper desordenada y libertina. Obviamente los hay, pero todo el mundo no es lo mismo. Yo soy de ver fútbol, series, películas, trabajar como un burro y hablar con mis amigos. Tengo una vida tranquila, solamente soy gay. Eso podría ser hasta la vida de un hetero.

Mr. M. Algunas personas tienen ojo de águila, pero no son todas, así que ni idea de qué comportamientos asumen. Como dijo Juan Gabriel: «lo que se ve no se pregunta».

EA. Solamente me pasó una vez con una compañera de clases. Asumía que yo, por ser gay, quería hacer todo perfecto y eso le daba ira. Supongo que lo que más piensan es que somos chismosos. Hay millones de personas en el mundo, es súper estúpido generalizar por el hecho de que seas gay. La gente tiende –y me incluyo– a decir: «si eres gay haces esto… o como eres lesbiana te gusta vestir como hombre», y no es así. Son errores, he caído en eso no porque quiera, sino porque la sociedad te quiere meter en la cabeza lo que está bien o mal.

¿Qué es lo bueno, lo malo y lo feo de ser gay en el mundo contemporáneo?

MP. Lo bueno: cada vez te aceptan más. Puedes opinar y tener cargos más importantes que antes. Antes era mucho más complicado, pensar que una mujer gay iba a ser alcaldesa era de locos. Ahora ser gay no es una condición, es parte de la vida las personas. Claro que sigue siendo visto como raro, ser gay en este momento es mucho más fácil. Me ha pasado que voy en silencio en el bus y las mujeres me coquetean hasta que hablo, ahí pierden el año porque soy una más del equipo. La gente todavía opina: «qué desperdicio». ¿Desperdicio por qué? Soy un ser humano normal, Ahora, ser gay en el mundo gay es complicado, nosotros mismos nos destruimos. El gay opina sobre el otro gay despectivamente. Muy pocos podrán decir: «Mira, ese man es un llave, es súper buen amigo, trabajador». No, siempre le vas a encontrar un defecto. Es que la marica es esto o lo otro y te lo dice alguien que tiene un hermano gay. Es mejor ser un gay solitario y si tienes amigos gay son muy contados. Yo tengo dos o tres amigos gay, porque realmente no quiero que me destruyan, quiero una vida normal.

Mr. M. En este mundo ser diferente es malo: te señalan solo por ser feliz y hacer lo que quieres. Creen que fijarte en alguien de tú mismo sexo está mal, tenemos que satisfacer lo que pide el pueblo y al final eso es incómodo, incluso malo. De lo bueno diría que siendo gay, bi o whatever disfrutas mucho del mundo. Hay mujeres buenas, manes buenos y todo eso se disfruta. A lo Hannah Montana, un poco de los dos mundos.

Bonus

MP. Hay una última pregunta por hacer: ¿Qué le dirías a las personas que leyeron esta nota? Que se acepten. Cuando te aceptas y eres tal cual cómo eres, seas loca, partida, escarchada, punta, tacón, preséntate como eres. Si eres serio y te gustan las cosas serias, pues eres serio, pero no trates de ser alguien que no eres porque te irá mal. Es peor que digan «ese gay es reprimido» a que digan «él es así». Eso sí, controla la lengua porque maricas destructoras hay muchas. De resto sé tú, esa es la clave.

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