Empiezas tu semana, asistes a tus reuniones – desde casa o donde sea -, haces tu lista de tareas y arrancas. Tres Doritos después estás editando un nuevo video para TikTok, comprando online o preparándote el tercer café del día. ¿Por qué teniendo claras nuestras tareas, algunas las sacamos a toda marcha y otras se quedan en cola esperando por el mínimo rastro de voluntad?
Según Mihaly Csikszentmihalyi, la respuesta es que no estás fluyendo. Csikszentmihalyi (aquí una ayudita didáctica para aprender a pronunciar su nombre y apellido “Me high? Cheeks send me high!”) es considerado uno de los pioneros en la Psicología positiva y en 1975 publicó la Teoría del flujo o de la experiencia óptima. Una teoría que explica el estado de inmersión en el que nos encontramos cuando realizamos una tarea que nos genera placer o disfrute. Pero antes de ir allí, vamos a detenernos en otro concepto.
¿Les suena la frase “Haz lo que amas y no tendrás que trabajar un día de tu vida”? Seguro que sí. Esta premisa se desprende del aforismo gringo Do what you love, impulsado y replicado por el sistema capitalista y las grandes corporaciones para motivar a sus trabajadores. Esta premisa y la teoría del Flow, según yo, tienen mucho que ver. Pero todavía no les voy a decir por qué. Primero, un poco de historia.
Sarah Jaffe es periodista en temas de trabajo y autora del libro Work Won’t Love You Back. En entrevista con la revista TIME, explica los orígenes de esta frase a la que ella califica como un mito del capitalismo. Según Jaffee, el cambio del modelo productivo al de servicios, sumado a un cambio generacional, explica por qué los CEO de múltiples compañías se han escudado en esta frase: