“He renunciado dos veces en mi vida. La primera en 2019 en un trabajo de “todera” digital. Aprendí mucho del oficio pero también, lo poco que toleraba la idea de trabajar como única vía de subsistencia en el mundo. La segunda, hace un mes. “ Estas son las primeras líneas del artículo ¿Por qué renunciamos lxs millennials?, un texto que escribí motivada por mi más reciente decisión de renunciar a un empleo y cuyo propósito no era más que una catarsis. Sin embargo, durante el proceso de escritura pregunté a través de redes sociales si más personas han pasado por la experiencia de renunciar a un trabajo y, por otro lado, a los empleadores sobre cómo ha sido la experiencia que les renuncien.
La respuesta fueron muchas respuestas. El artículo se publicó y fue un HIT. Luego de publicado siguieron llegando más testimonios, lo cual me hizo pensar en la insatisfacción en el trabajo como una grieta que sigue creciendo en la pared principal de la gran casa que construyó el sistema contemporáneo (Lo peor es que nadie sabe cómo arreglarla). Pero ¿Quién soy yo para juzgar? Mejor hagámoslo entre todxs. A continuación les comparto algunos de los testimonios anónimos de millennials que respondieron a la pregunta y cuyos casos ilustran el malestar de nuestra generación con el trabajo ¡Acción!
¿Si ven? Historias de renuncias es lo que hay. Sin embargo, el objetivo de este artículo no es quedarnos en el lamento o la queja a grito herido de por qué el sistema es tan malo con nosotrxs. Para explicar este fenómeno general llamado insatisfacción laboral existen estudios que nos pueden ayudar a entender las variables que influyen en un empleado o una empleada para sentirse insatisfechx o en el peor de los casos, decidir irse.
La llegada del Covid- 19 cambió nuestras vidas de un día para otro. Además de instalar una nueva medida de tiempo: antes de la pandemia y después de la pandemia, el año pasado significó un periodo de caos, incertidumbre y rápida adaptación tanto para empresas como empleados. Todo este mix de cosas impredecibles se reflejó en una caída en los porcentajes de compromiso hacia el trabajo y un aumento en los índices de estrés ¿No me creen? Existen datos que lo demuestran. Según el State of the Global Workplace: 2021 Reportde Gallup, el porcentaje de compromiso de los empleados que venía en aumento hasta el 2019 en 22% disminuyó a un 20% para el 2020. Seguido a esto, los porcentajes de estrés alcanzaron una cifra récord pasando del 38% en 2019 a un 43% en 2020 ¡Vaya Homerun! Sin embargo, estos niveles no son iguales para todos los países. Aunque Estados Unidos y Canadá presentan el porcentaje más alto (57%) en estrés, Latinoamérica y el Caribe son las regiones con el porcentaje más alto en preocupación diaria (55%) y el porcentaje más bajo en satisfacción con los esfuerzos del gobierno para preservar el ambiente laboral (31%).
En conclusión, la gente está insatisfecha, estresada, preocupada y en Latinoamérica, decepcionada de sus gobiernos. ¿Cómo se arregla esto? Una pensaría que escuchando las necesidades de las personas. Luego, llegar a un consenso entre lo que tú quieres tú (empleadores) y lo que quiero yo (empleadxs). Pero todo eso suena muy lindo, así que volvamos a los datos. Leyendo Are You Trying to Retain the Right Employees?en Harvard Business Review descubrí parte del panorama de las organizaciones cuando se trata de retener talento. “En lugar de depender de incentivos únicos que, en el mejor de los casos, son una reacción instintiva para mantener los cuerpos en los asientos, las organizaciones deben analizar detenidamente cómo identificar y crear empleados comprometidos y entusiastas. “ mencionan lxs autores del artículo.
Entusiastas y reacios son dos categorías que el texto utiliza para clasificar al tipo de trabajadores en una organización. Pero, ¿Cómo tener a un empleado entusiasta? ¿Se puede ser entusiasta en el trabajo en el mundo de hoy? Según lxs autores existe un conjunto de predictores como la satisfacción laboral, el desempeño y la integración o job embeddedness, que esel grado en que una persona está conectada en el tejido social de una organización. También, podríamos evaluar los siguientes cinco elementos tal como lo hace Gallup en su informe:
Ahora, de bienestar se habla mucho. Tanto que pareciera ser un término confuso que suele perderse entre el todo y nada. Sin embargo, en el contexto de las empresas el bienestar va mas allá de programar una clase de cómo hacer batidos saludables en casa. Las empresas necesitan empleadxs “entusiastas”, comprometidos con el trabajo y que estén rompiéndola (thriving) en su vida en general. De acuerdo con el reporte, aquellos empleados que ya están comprometidos pero que no están bien en su vida personal normalmente sienten altos niveles de estrés, preocupación, enojo y tristeza, a pesar de sus experiencias positivas en el trabajo. Estas emociones son todas indicadores del famoso burnout. Mientras que, cuando los empleados están comprometidos y en completo bienestar, el riesgo de sentirse “quemados” se reduce significativamente.
Sí, es mucha información. Yo también me siento abrumada pero si de algo nos sirven los datos es para hacer insights, y mis conclusiones son las siguientes. Primero, la forma de trabajar como la conocemos hasta hoy está de recogida. La buena noticia es que a partir de la pandemia las nuevas formas de trabajo están a la orden. Segundo, lxs trabajadores no son máquinas de producción que funcionan 8 horas al día. Son seres humanos que sienten estrés, rabia, preocupación, felicidad, entusiasmo y que todo esto influye en su productividad. Si las empresas siguen operando como en la revolución industrial, tendrán empleadxs reacios con dos opciones: irse o trabajar insatisfechos a cambio de un salario. Tercero, todxs estamos de acuerdo que queremos algo diferente pero no sabemos exactamente cómo hacerlo. Hablando por lxs millennials sólo con mejorar nuestra capacidad de estar enfocados y enfocadas, nos ahorraríamos mucho tiempo. Hablando por las empresas adoptar una política de bienestar como una inversión envés de un gasto, hará la diferencia del cielo a la tierra.
Lograr la satisfacción en el trabajo es una tarea de todxs sin distinción de generaciones. La renuncia seguirá existiendo. Las personas querrán seguir otros caminos o se les presentarán mejores ofertas y las tomarán. Pero qué cool que estos sean los motivos predominantes ¿Creen que es posible? Yo estoy segura que sí, pero tomará tiempo.
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