Empiezas tu semana, asistes a tus reuniones – desde casa o donde sea -, haces tu lista de tareas y arrancas. Tres Doritos después estás editando un nuevo video para TikTok, comprando online o preparándote el tercer café del día. ¿Por qué teniendo claras nuestras tareas, algunas las sacamos a toda marcha y otras se quedan en cola esperando por el mínimo rastro de voluntad?
Según Mihaly Csikszentmihalyi, la respuesta es que no estás fluyendo. Csikszentmihalyi (aquí una ayudita didáctica para aprender a pronunciar su nombre y apellido “Me high? Cheeks send me high!”) es considerado uno de los pioneros en la Psicología positiva y en 1975 publicó la Teoría del flujo o de la experiencia óptima. Una teoría que explica el estado de inmersión en el que nos encontramos cuando realizamos una tarea que nos genera placer o disfrute. Pero antes de ir allí, vamos a detenernos en otro concepto.
¿Les suena la frase “Haz lo que amas y no tendrás que trabajar un día de tu vida”? Seguro que sí. Esta premisa se desprende del aforismo gringo Do what you love, impulsado y replicado por el sistema capitalista y las grandes corporaciones para motivar a sus trabajadores. Esta premisa y la teoría del Flow, según yo, tienen mucho que ver. Pero todavía no les voy a decir por qué. Primero, un poco de historia.
Sarah Jaffe es periodista en temas de trabajo y autora del libro Work Won’t Love You Back. En entrevista con la revista TIME, explica los orígenes de esta frase a la que ella califica como un mito del capitalismo. Según Jaffee, el cambio del modelo productivo al de servicios, sumado a un cambio generacional, explica por qué los CEO de múltiples compañías se han escudado en esta frase:
“Cuando fui a la fábrica de Lordstown en Ohio para hablar con la gente que ha estado haciendo carros – en algunos de sus casos, la mayor parte de sus vidas- están orgullosos de los carros que producen, pero no lo hacen para sentirse realizados. Lo tienen muy claro. Lo hacen por dinero y porque les va a dar una vida decente fuera del trabajo.”
Como ven, la historia del Do what you love se remonta a la línea de ensamblaje, pero guess what? Esto ya no existe. O por lo menos, no en la misma proporción. Sobre esto, Jaffee añade:
“Muchos obreros trabajaban muy duro para que sus hijos fueran a la escuela y no tuvieran que trabajar en la fábrica. Pero los puestos de trabajo en las fábricas han desaparecido… no solo en Estados Unidos, sino también en Europa Occidental, hay menos gente haciendo trabajos de fabricación en general. Y en su lugar, tenemos estos trabajos de servicios con bajos salarios que requieren más emocionalidad.”
Teniendo en cuenta lo anterior, no es extraño que las empresas hayan optado como estrategia de fidelización y retención los mensajes motivacionales en luces de neón en las oficinas, totebags, mugs, tarjetas de regalo y viernes de cervezas en la oficina. No nos digamos mentiras, a lxs millennials esto nos encanta. Sin embargo, no hay felicidad eterna, ni presupuestos que la aguanten. Mucho menos cuando el paradigma de las empresas cool está empezando a caerse. Si quieres saber por qué, te recomiendo leer este artículo del New York Times: El fin de la era de los trabajadores tecnológicos felices.
Ahora sí, volvamos a Csikszentmihalyi. Las empresas nos dicen que el trabajo es el lugar donde se materializa el propósito de nuestras vidas, y para quienes aún no lo hayan encontrado, la búsqueda también sucede allí. Pero, ¿Qué pasa cuándo no?
Un síntoma de insatisfacción en el trabajo es la procrastinación. Piensa en tu primer día en el empleo que tienes actualmente o el último que tuviste. El primer mes te sube la bilirrubina con la mínima tarea. Muestras todos tus poderes, mejor dicho, eres un achiever. A medida que pasa el tiempo, lo que antes era un reto ahora es rutina. En palabras de Csikszentmihalyi, no hay flow.
¿Qué es la Teoría del Flow?
El Flow o Experiencia óptima se produce cuando las personas están tan inmersas en una actividad que parecieran entrar en una realidad alternativa donde nada más importa. Además, la experiencia es tan agradable que la gente seguirá haciéndola incluso si implica un mayor esfuerzo, todo por el mero placer ¿Les ha pasado? Seguro que sí. De hecho, suena bastante parecido a estar enamorado, solo que en este caso sería estar tragado de una actividad o trabajo, en vez de una persona.
La teoría recibe su nombre debido a que durante las entrevistas hechas por el autor, las personas describían esta experiencia utilizando la metáfora de una corriente de agua que les llevaba hacia adelante. Csikszentmihalyi entrevistó a más de 8 mil personas entre artistas, científicos, monjes, escaladores del Himalaya, pastores, etc. motivado por entender en qué momentos de nuestra vida diaria somos realmente felices, luego de haber crecido después de la segunda guerra mundial rodeado de gente muy muy triste.
Si quieres saber todo el background de la Teoría del flow, mira esta TED Talk donde el mismo Mihaly Csikszentmihalyi te lo explica todo.
Hasta aquí ya sabemos que el estado de Flow es algo parecido a lo que experimentó Picasso haciendo Guernica, Virgina Woolf escribiendo sus libros, tú haciendo el itinerario de un viaje o Kim Kardashian haciéndose una selfie. Sin embargo, para que este estado se produzca se deben cumplir algunas condiciones. Para ser más específica, dos: habilidad y reto.
Cuando los niveles de dificultad y habilidad están en su lugar más alto, estarás en estado de flow. Mientras que, cuando un reto es mayor que el nivel de destreza, te verás envuelto en ansiedad y estrés. Y, por otro lado, cuando el nivel de habilidad supera el tamaño del reto, seguro te aburrirás o caerás en distracciones.
Ahora, ustedes pensarán. Sí, muy bueno andar por la vida fluyendo, pero si no me pasa ¿Cómo provoco que suceda?
¿Cómo lograr el estado de Flow?
Así como hay condiciones que nos ayudan a sumergirnos en la corriente del flow, también existen otras que nos alejan de ella. Para lograr fluir con mayor efectividad en tus actividades, Jeanne Nakamura – amix de Csikszentmihalyi y coautor de sus investigaciones- señala que este mundo contemporáneo es clave mantenerse alejados de los ladrones de atención.
Cuando estés realizando la actividad en la que quieras fluir, prueba:
- Apagar tu teléfono o silencia las notificaciones.
- Reconoce el nivel de habilidad y dificultad en lo que harás.
- Aplica un método de trabajo: pomodoro, recompensas, GTD, o tu favorito.
- Prepara un soundtrack para tu jornada.
*Las dos últimas las agregué yo (jijiji)
Si sigues esto, y lograr inducir la fluidez en tu vida, cool. Sin embargo, siguiéndolas o no, cuando haces eso que te gusta de verdad – porque lo sabes tú y no porque te lo diga una empresa- eureka!
Para algunos y algunas esta teoría puede sonar muy optimista, en realidad, lo es. No todo el mundo tiene la opción de fluir cuando la economía está en crisis, su trabajo es su único ingreso o tiene una deuda estudiantil. Pero si hay algo nos compete a todxs, sin importar género, nacionalidad, nivel educativo o riqueza, es el deseo de ser felices.
Los estudios de Csikszentmihalyi concluyen que la felicidad es un estado interno, no externo. En su libro Flow: The Psychology of Optimal Experience (1990) señala que los niveles de felicidad pueden modificarse introduciendo el flujo. Ahora es su turno, la próxima vez que vayan a realizar una tarea, presten atención a su proceso y cómo experimentan el orgasmo artístico. Si estás en crisis de inspiración, prueba inducirlo. Si tu caso es ninguna de las anteriores, cambia de actividad y ya sabes, fluye…
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